Este artículo presenta los resultados obtenidos de la ejecución del proyecto “Imaginarios y utopías: expresiones visuales sobre la cultura de paz de la niñez de La Consti”, el cual obtuvo apoyo por parte del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA Jalisco 2022). La implementación del proyecto se llevó a cabo por parte del equipo transdisciplinario para la gestión cultural, Imagina, experiencias lúdicas y preventivas -del cual soy cofundadora- y tuvo como propósito generar un modelo de gestión cultural para el fomento de la cultura de la paz desde y para la niñez para su replicabilidad. Los talleres se llevaron a cabo en conjunto con un psicólogo infantil y arteterapeuta.

Se eligió para su realización la colonia La Constitución, ubicada en el municipio de Zapopan, en el estado de Jalisco en México, debido a que esta propuesta está dirigida de forma exclusiva a la población infantil que vive en contextos de violencia, siendo este uno de los barrios con mayores índices en este rubro en el Área Metropolitana de Guadalajara.

Ante el escenario de diversas formas de violencia que se vive en el estado de Jalisco, el cual en 2021 ocupó el segundo lugar entre las entidades con más homicidios dolosos con 282 casos (SSPC, 2021), superó la cantidad de 15 mil personas desaparecidas y no encontradas (RNPDNO, 2021); 77 % de la población del Área Metropolitana de Guadalajara consideró que vivir en la ciudad fue inseguro (IIEG, 2021).

Prevalece la emergencia de atender y prevenir esta problemática con un enfoque de cumplimiento en materia de protección a la niñez. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura hace un llamado a fortalecer los procesos de construcción de la cultura de paz, entendida como un conjunto de valores, actitudes y comportamientos que promueven el diálogo y la búsqueda de consensos y no violencia, teniendo como dos ejes bases la formación y la investigación con fundamento en los derechos humanos y la prevención de conflictos (UNESCO, 1998).

Imaginarios infantiles y utopías: su expresión a través de arteterapia

El abordaje de la cultura de paz mediante el arte, con una aproximación desde la agencia infantil como protagónica, ha sido trabajado en América Latina. Colombia el país referente con sus aportaciones acerca de la importancia de la construcción de la cultura de paz desde la etapa de la infancia, mediante la generación de espacios participativos y transformadores (Alaniz, 2023; Contreras, Velázquez y Villanueva, 2025; Martínez, 2024; Oliveros, 2020).

La contribución de la presente propuesta radica en integrar, en esta articulación, a los imaginarios sociales infantiles con su poder resignificativo de los contextos de violencia y el arteterapia como una herramienta para un abordaje ético de las emociones que emergen mediante la creación artística.

Los imaginarios sociales entendidos como aquello que ocurre adentro de una comunidad con sus imágenes, emociones, recuerdos, anhelos, expectativas, miedos que se aprehenden y consolidan con las experiencias, las cuales se viven mediante las significaciones compartidas por la colectividad (Castoriadis, 2002) representan un terreno fértil para entender cómo la niñez significa y resignifica su realidad.

Los imaginarios sociales son “una compleja urdimbre de significaciones imaginarias que empapan, orientan y dirigen toda la vida de la sociedad y a los individuos concretos que la constituyen” (Castoriadis, 2002, p. 101). Y representan un sistema de símbolos y significados que no solo permiten entender nuestro entorno, sino también establecer estados anímicos y motivaciones.

Desde la etapa de la infancia el individuo socializa a través de un proceso de incorporación de significaciones imaginarias sociales, que permite a niña y a niño moverse en el contexto particular donde se encuentra. Si bien, este fenómeno es posible por la asimilación de significados y sentidos asociados a su realidad, resulta fundamental enfatizar que, de acuerdo con Cornelius Castoriadis (1998, p. 50), “la creación tiene supremacía sobre el aprendizaje”.

Aunque es indiscutible que existe un imaginario instituido que se interioriza mediante la socialización, también hay cabida dentro del imaginario para lo instituyente, es decir, para la capacidad de creación y la creatividad, donde la imaginación juega un papel fundamental. Dentro de los imaginarios infantiles habita una gran capacidad de creación y de imaginación que, aunada a sus sueños y anhelos, dan cabida a la generación de utopías.

Las utopías, a pesar de que se asuma su inexistencia, son representaciones de los imaginarios sociales, porque reflejan valores, creencias, miedos, afectos, deseos, certidumbres e incertidumbres, esperanzas, críticas al presente, ideales e ilusiones. En los imaginarios no solo que se refleja lo que es, existe, lo real, sino también lo posible. Y es a través del arte que se pueden expresar estas formas alternas de pensar y construir la realidad (Figueroa y López, 2014). Utopías y arte, ambas expresiones simbólicas de los imaginarios capaces de producir sentido desde la creatividad y la imaginación.

En el arte se representan las formas imaginarias del mundo o de sí mismo. El arte es una vía que nos facilita darle claridad y orden a aquellos sentimientos y pensamientos que no conseguimos comprender o que habitan en el inconsciente, siendo las imágenes las que facilitan su expresión, más que las palabras (Naumburg, 1973). Es un medio de comunicación que en la niña y el niño se puede utilizar como un tipo de «habla simbólica», lo cual les permite expresar aquello que aún le es difícil decir (Ulman, 1961).

La concepción del arte como una herramienta de comunicación de los sentimientos, pensamientos y experiencias interiores y exteriores vividas en sociedad permiten entender que las personas, desde la etapa de la infancia, poseen una capacidad latente para proyectar de forma visual sus conflictos interiores, así como expectativas, anhelos y sueños (Naumburg, 1973). Pero ¿qué sucede en el acompañamiento de la amplia gama de emociones que pueden surgir al utilizar el arte como herramienta?

El arteterapia es un proceso de acompañamiento que, a través de diversas expresiones artísticas —plásticas, sonoras, teatrales, literarias o corporales— brinda a las personas en situación de dificultad un espacio para reconfigurar su propia experiencia vital, no tanto desde la interpretación de lo inconsciente, sino desde la posibilidad de recrearse simbólicamente a través de la creación (Klein, 2006).

En el ámbito de la gestión cultural, esta práctica adquiere una relevancia ética fundamental al trabajar con niñas y niños que habitan contextos de violencia, pues permite abrir caminos de expresión donde la vulnerabilidad se transforma en material creativo y en vehículo de resistencia. De este modo, las intervenciones arteterapéuticas impulsadas por artistas y gestores culturales, no solo se convierten en herramientas de transformación social, sino que también posibilitan un abordaje respetuoso de las emociones que emergen con facilidad al trabajar en contextos de violencia.

El arte es un nudo donde se intersectan las utopías y los imaginarios, y el arteterapia es una vía para un acompañamiento ético. Los imaginarios infantiles utópicos y, por qué no, distópicos en ocasiones como producto de la propia realidad vivida, son las semillas que pueden germinar en mundos posibles. En ello radica su poder, en su capacidad de transformación que se gesta desde la niñez.

Mundos posibles: imaginarios, agencia infantil y cultura de paz

Una aproximación adecuada para un entendimiento de la agencia infantil que sea de utilidad dentro del campo disciplinar de la gestión cultural es la propuesta por Claudio Baraldi y Vittorio Iervese (2010, pp. 43-44), quienes reconocen el estrecho vínculo entre el concepto de participación infantil y el de agencia en el sentido de que es a través de las prácticas de participación que se puede dar “una transferencia de poder a los niños y, por lo tanto, tener un impacto importante en términos de cambios socio-culturales”.

De acuerdo con su enfoque de las capacidades (capability approach) para realizar un abordaje que se base en el respeto a la niñez como ciudadanos y titulares de derecho, se debe de considerar que las prácticas de participación de la niñez pueden mejorar sus capacidades, libertades y formas de actuar. La agencia infantil es entendida como “una forma específica de participación activa que mejora el cambio social impredecible, lo que demuestra las capacidades de los niños como oportunidades para lograr functonings, es decir, para lograr formas de actuar” (Baraldi y Iervese, 2010, p.45).

El significado que estos autores italianos le atribuyen a la agencia infantil está asociado con el cambio y la imprevisibilidad en los procesos sociales, poniendo en relieve el derecho a la elección y toma de decisiones de niñas y niños mediante la participación activa. Cabe considerar que el arte no es solo una herramienta para la exploración de imaginarios infantiles, sino que también representa un medio para desarrollar destrezas asociadas a la expresión del pensamiento, desarrollo de capacidades de percepción, observación y comunicación.

Esto se posibilita y fortalece en un espacio que promueve la participación activa y la libre expresión de sus emociones, sentimientos, inquietudes y temores, siendo las creaciones visuales una forma de conocerse a ellos mismos frente al mundo (Chaparro y Prieto, 2018). Explorar sus propios imaginarios a través del arte le permite a la niñez reflexionar sobre sí misma y sus entornos, lo cual abre la posibilidad a la generación de mundos posibles.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 1999) la cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida que se basan en: a) el respeto a la vida, los derechos humanos y las libertades fundamentales; b) la promoción y la práctica de no violencia y el compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos; c) la protección del medio ambiente de las generaciones presentes y futuras; d) la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres; y e) la adhesión a los principios de libertad de expresión, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, diálogo y diversidad cultural.

Modelo para el fomento de la cultura de paz con la niñez

En la gestión cultural, la creación de modelos constituye una necesidad metodológica y estratégica fundamental. Permite sistematizar experiencias, conceptualizar procesos y generar herramientas transferibles que fortalezcan la práctica profesional. Esta sistematización incrementa la eficacia del abordaje y atención a problemáticas mediante proyectos culturales, al abrir un camino posible hacia su replicabilidad en contextos con condiciones sociales similares, adaptando los elementos del modelo sin perder su coherencia conceptual.

Al referirnos a los modelos en gestión cultural se debe de considerar que no son esquemas cerrados, sino marcos dinámicos que permiten transformar la experiencia práctica en conocimiento aplicable, contribuyendo al desarrollo de metodologías comparables y al fortalecimiento del campo disciplinar mediante la acumulación de saberes validados y replicables.

En este sentido, la presente propuesta de modelo teórico para el fomento de la cultura de paz con infancias que viven en contextos de violencia representa un esfuerzo por trazar caminos hacia un abordaje profesional y ético, el cual contemple el rol protagónico de la niñez, pero que también considera la adecuada canalización de las emociones que emergen al intervenir en realidades atravesadas por conflictos que han impactado en las vidas de las personas.

La propuesta de este modelo se basa en la articulación de cuatro ejes fundamentales: agencia infantil, cultura de paz, imaginarios sociales y arteterapia (Figura 1). Si bien, es por demás entendible la inclusión de la agencia infantil y la cultura de paz resulta oportuno explicitar que la integración del constructo teórico de los imaginarios sociales permite destacar el rol de la imaginación infantil y su relevancia en la generación de utopías en contextos donde la violencia parece constreñir la realidad; el arteterapia es la herramienta principal para un trabajo ético con las emociones de la niñez, que de forma inevitable, emergen al intervenir en problemáticas que han impacto en su vida.

Bajo una concepción de la paz, no solo como la ausencia de conflictos, sino también como un proceso dinámico y participativo que promueve el diálogo y la cooperación (ONU, 1999), esta propuesta de modelo de gestión cultural para el fomento de la cultura de paz con la niñez tiene las base en la participación activa y en un continuo diálogo reflexivo, lo cual se consigue al colocar a la agencia infantil en el centro del proceso.

Existe una necesidad de reconocer el protagonismo de la niñez en la gestión cultural dirigida a esta población, lo cual implica pensar su agencia desde la acción en cuanto a participación y desde el diálogo en cuanto a escuchar su voz. Desde la agencia infantil se pueden construir imaginarios sociales de mundos posibles que se siembren y germinen a través del arteterapia como una vía para desarrollar la capacidad de reflexión, simbolización y representación que facilite y fortalezca el fomento de la cultura de paz (Figura 1).

Figura 1. Modelo de gestión cultural para el fomento de la cultura de paz con la niñez

Este modelo teórico de gestión cultural se acompaña de la propuesta de una guía de trabajo compuesta por diversos talleres arteterapéuticos de técnicas mixtas para su ejecución en fechas significativas en torno a la paz. Los talleres se fueron repensando y rediseñando en el transcurso de la implementación del proyecto, ya que se fueron nutriendo con la participación activa de la niñez y el diálogo reflexivo que permitió lograr un producto construido junto con y para las infancias.

Si bien, este modelo fue creado en un inicio pensando en su aplicación concreta con la niñez que vive en contextos de violencias, pero sus características finales permiten que sea ejecutable con todo tipo de infancias. Bajo la premisa de la necesidad e importancia de generar herramientas aplicables y reproducibles para diversos agentes que atienden a la niñez, este modelo se elaboró pensando con vías a su replicabilidad para gestores culturales y diversos agentes institucionales y de la sociedad civil, capacitados para trabajar con este grupo social.

Metodología

La metodología visual-participativa que se empleó en este proyecto de gestión cultural tuvo como propósito investigar e intervenir con la niñez de contextos atravesados por la vulnerabilidad y la violencia. Tuvo apoyo en el empleo de técnicas de las artes visuales para facilitar la conexión con los participantes desde lo lúdico y proporcionar herramientas para expresarse más allá de la palabra (Arciniega et al., 2022).

La producción de dibujos, historietas, collage, entre otros, representan producciones participativas de imágenes que fueron acompañadas de narrativas de los propios creadores, lo cual facilita y enriquece su interpretación desde un posicionamiento más horizontal (Mannay, 2017). Las técnicas mixtas de arteterapia fueron aplicadas en dos espacios: en el parque público El Grillo y en Imagina, experiencias lúdicas preventivas; ambos ubicados en la colonia La Consti.

En el primer lugar se realizaron seis talleres por convocatoria abierta, recibiendo como máximo un número de 20 participantes por sesión. Y en el segundo se llevaron a cabo otros seis talleres compuestos por seis niñas y seis niños, doce en su totalidad, quienes colaboraron de forma continua durante todo el proyecto. Los requisitos de admisión fueron: tener entre 6 a 12 años de edad y vivir dentro de los límites de la colonia. Antes del inicio de los talleres se obtuvo consentimiento informado, tanto verbal como por escrito, por parte de la niñez y los padres para el uso de las imágenes y de los testimonios.

Con base en los ejes para el abordaje de la cultura de paz con niñez propuestos por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2019), se presenta la siguiente guía para el fomento de la cultura de paz a través del arteterapia (Cuadro 1). Esta guía se apoya en fechas conmemorativas internacionales asociadas a temáticas que facilitan abordar la cultura de paz por el significado que se les atribuye, teniendo el propósito contribuir a la generación de un entorno que favorezca la paz en seguimiento de lo estipulado en la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz de la ONU (1999).

Cabe destacar que esta guía incluye una fecha que solo que se conmemora en México: el 28 de octubre, Día de Conmemoración a los fallecidos por muerte violenta. La decisión de integrar esta fecha, a pesar de ser significativa solo en el contexto nacional, se debe a la relevancia que tiene en nuestro país la cultura en torno al Día de Muertos y sus fechas aledañas, siendo este día exclusivo para recodar las almas de los fallecidos por muertes trágicas, violentas o por accidentes. No obstante, esta fecha puede ser reemplazada, dependiendo de los días conmemorativos de cada país.

Cuadro 1. Guía para el fomento de la cultura de la paz con la niñez a través del arte
Talleres	Objetivo	Técnica	Habilidades para la paz
Mi mundo, mi utopía Día internacional de la Paz (21 de septiembre)	Explorar los imaginarios de la niñez sobre la paz, mediante dibujos de su mundo actual, y otros del mundo donde les gustaría vivir, que se integran en dos mandalas collage colaborativos y comparativos.	Dibujo (Mandala collage)	-Pensamiento crítico sobre la realidad actual. -Esperanza de futuro a través de imaginar mundos posibles.
Altar de muertos por la paz Día de Conmemoración a los fallecidos por muerte violenta (28 de octubre)	Canalizar las emociones, conmemorando a los muertos en contextos de violencia.	Mixtas (papel picado)	-Manejo y canalización de emociones. -Reflexión sobre su identidad individual en relación con su contexto social, cultural e histórico.
Palabras e imágenes de paz Día internacional del libro (12 de noviembre)	Reflexionar sobre qué es la paz para cada persona a través de la técnica blackout poetry, que les permitirá la elaboración individual de un poema sobre el tema que se compartirá de forma colectiva.	Blackout poetry (poesía revelada)	-Reflexión sobre el concepto de paz a nivel individual y colectivo. -Comunicación asertiva para expresar ideas u opiniones.
Imaginemos un mundo de paz para niñas y mujeres Día internacional de la Eliminación de la Violencia en contra de niñas y mujeres (08 de diciembre)	Fomentar la no violencia hacia niñas y mujeres mediante la elaboración de un collage colectivo bajo la consigna: “un mundo ideal para niñas y mujeres”.	Collage colectivo	-Empatía y solidaridad con respecto de la situación de niñas y mujeres. -Pensamiento crítico sobre la realidad actual. -Colaboración en equipo de manera inclusiva y comprometida con los otros. -Esperanza de futuro a través de imaginar mundos posibles.
Mándalas tejidos para pensar sobre la paz Día internacional de la educación (24 de enero)	Propiciar el diálogo y la reflexión como una herramienta esencial para educarnos sobre la paz, empleando como técnica para favorecer la calma y el diálogo reflexivo el tejido de un mándala.	Tejido de mándala con estambre	-Manejo y canalización de emociones. -Comunicación asertiva para expresar ideas u opiniones.
Pintemos por la paz Día internacional del amor y la amistad (14 de febrero)	Simbolizar y representar en imágenes lo que es la paz para cada niña y niño, con el propósito de plasmarlo en su propio cuerpo y en el de los otros.	Pintura corporal	-Establecer relaciones respetuosas y cooperativas con los demás. -Empatía y solidaridad con los demás.

El producto final de esta guía es el resultado de la experiencia vivida con las infancias de la colonia La Consti y con la exploración de sus imaginarios. Esto permitió realizar ajustes con respecto de la propuesta inicial para adecuarme a sus necesidades, preferencias, gustos y habilidades en el manejo de técnicas de artes visuales. Las técnicas sugeridas se caracterizan por ser de fácil aplicación con bajos niveles de destreza, dado que la finalidad no es desarrollar habilidades artísticas, sino fomentar la paz a través del arte en un ambiente lúdico y divertido.

Hallazgos

Al explorar los imaginarios infantiles de los sujetos de estudio a través de sus creaciones visuales realizadas bajo consignas de imaginarse el mundo y su propia vida en el futuro tuvo el propósito de fomentar la esperanza de futuro a partir de imaginar mundos posibles; se identificaron los principales ejes temáticos:

• Medio ambiente: preocupación por el calentamiento global, escasez de agua, contaminación y el medio ambiente en general; desesperanza en que mejore el cuidado ambiental; transmisión de mensajes de necesidad de cuidado del planeta, la naturaleza y los animales en concreto.
• Violencia: expresiones en contra de la violencia en sus diferentes manifestaciones (hacia las mujeres, por racismo, etc.).
• Tecnología y conocimiento: avances tecnológicos y en conocimientos —sobre el universo en particular— sin que apareciera en sus imaginarios la posibilidad de aplicarlos con el fin de lograr un impacto positivo en el medio ambiente, economía, resolución de conflictos locales, nacionales o internacionales.
• Gobierno y economía: anhelo de una vida futura con mejor situación económica con manifestación de desesperanza sobre cambios favorables en el porvenir.
• Vida profesional: la mayoría de la niñez prefirió no pensar en su vida profesional futura, pero quienes lo hicieron externaron sueños contrastantes que fueron del arte y de la repostería, hasta de la milicia.

Un hallazgo sobresaliente se vivió en el taller Altar de Muertos realizado en la fecha de Conmemoración a los fallecidos por muerte violenta en su versión efímera, es decir, se realizó como una instalación temporal en el parque El Grillo de La Consti, donde los participantes recordaron a sus familiares fallecidos. En este taller en especial, el acompañamiento con formación arteterapéutica fue fundamental por las emociones que se vivieron al recordar a sus difuntos.

Al explorar los imaginarios en torno a la cultura de paz en contextos de violencia se debe contemplar el posible surgimiento de situaciones que conllevan una carga emocional significativa. Tal fue el caso de una niña que perdió a su papá en contexto de violencia, donde fue necesario dar la contención adecuada y orientar a las demás niñas y niños participantes para que pudieran brindarle a la niña una escucha activa, respetuosa y empática. Cabe resaltar el agradecimiento que se recibió por parte de la niñez, dado que algunos querían poner un altar para sus parientes que habían perdido, pero no contaban con los recursos económicos para realizarlo.

Otro aspecto que destacar con respecto de los resultados de la ejecución de los talleres en general fue el mensaje que un niño varón que en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra Niñas y Mujeres agregó a su collage: “alto a las violaciones”. Una problemática que ninguna niña mencionó, optando ellas por mensajes de resiliencia digeridos así mismas como: “puedes llorar, pero no rendirte” y “fortaleza en cada una”. Estos productos pueden ser apreciados en la galería virtual que consiste en la selección de 50 creaciones artísticas realizadas por la niñez, las cuales pueden ser consultadas mediante QR que se integra como anexo a este documento (Anexo 1).

El hallazgo principal de este proyecto de investigación participativa realizada con y para la niñez fue que permitió comprobar a nivel empírico el valor del arteterapia dentro de la práctica de la gestión cultural con las infancias. Cada taller permitió verificar a través de la observación y la experimentación directa el poder del arteterapia en el trabajo con la niñez para detonar la imaginación, creación, participación, diálogo, reflexión, pensamiento crítico y colaboración para crear mundos posibles de forma individual y colectiva.

Las emociones que emergieron a través de sus creaciones artísticas fueron diversas como la realidad misma: alegría y tristeza, esperanza y desesperanza, utopías y distopías. Y en ello radica la utilidad del arteterapia como una disciplina que al emplearla es gran aliada en la labor de la gestión cultural, en especial en el trabajo de problemáticas que abordan conflictos que afectan a nivel emocional y requieren de una contención y canalización adecuada en particular con niñas y niños, ya que si bien son agentes con capacidad de acción y transformación siempre deben de ser abordados bajo el principio fundamental del derecho de protección de la infancia.

Conclusiones

El modelo de gestión cultural para el fomento de la cultura de paz con la niñez que, de manera inicial fue pensado solo para infancias que viven en contextos de violencia, resultó pertinente para su replicabilidad con diferentes grupos infantiles. Se recomienda su apego a fechas conmemorativas internacionales, pues de esta manera se abre la oportunidad de profundizar en el diálogo y reflexión sobre las diversas temáticas asociadas a la cultura de paz.

En aquello que respecta a las técnicas, estas pueden variar según el tipo de habilidades y gusto particular de niñas y niños con quienes se trabajó. Este modelo es adecuado para ser replicado por perfiles de gestores culturales, educadores, cuidadores de casas hogar, promotores infantiles comunitarios, entre otros, pero con formación complementaria como arteterapeutas.

El apego a los códigos de ética necesarios para trabajar con niñez es indispensable, así como la obtención del consentimiento informado por parte de los progenitores y la niñez participante, la cual debe de ir acompañada de una responsiva de uso de imágenes en caso de que se pretenda hacer uso de las creaciones artísticas.

En lo referente a la aplicación del modelo y de la guía de talleres, si bien el fomento de la cultura de paz es su propósito central en la ejecución se detectó un caso aislado de un niño con quien se trabajó de manera continua dentro del espacio Imagina. Él exteriorizó cierto rechazo ante los discursos de no violencia, y permaneció firme en sus expectativas de futuro asociadas al ser militar en la adultez, deseo que se origina según su propia explicación por su gusto por las armas y la alternativa que representa la milicia para hacer uso de ellas de forma legal.

Por otro lado está la preocupación por un futuro incierto a nivel ambiental, económico y con escenarios posibles de guerra o continuidad de la violencia a nivel local y nacional. Esto fue una constante entre las emociones de la niñez, lo cual lleva a preguntarnos sobre nuestra responsabilidad como adultos ante la realidad que les hemos creado.

Ante la posibilidad de estos escenarios, resulta necesario continuar trabajando en el modelo actual para generar, e incluir, más herramientas dirigidas a casos particulares de niñas y niños que se encuentran más permeados por la violencia vivida en sus entornos inmediatos.